martes, 16 de diciembre de 2008

Empresarios demandan apoyos fiscales en 2009





Empresarios demandan apoyos fiscales en 2009
Engge Chavarría
ExOnline

El IMEF anticipa que la economía se contraerá 1.0%, lo que impactará en la actividad de las empresasLíderes empresariales exigieron al gobierno federal flexibilizar su política fiscal para 2009, y criticaron su cerrazón después de que Estados Unidos y la Unión Europea han extendido estímulos fiscales para el sector empresarial.

El Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) insistió en la necesidad de una “reforma fiscal integral”, siguiendo las recomendaciones de la OCDE sobre el Federalismo Fiscal, y la aplicación de impuestos indirectos generales y sin excepción, tomando en cuenta que la situación económica nacional es diferente a cuando se aprobó la Reforma Hacendaria de 2007.

La solicitud se sustentó en la proyección de un entorno económico más débil al previsto con anterioridad, que mermará los ingresos de las empresas todavía más.

De hecho, Federico Casas-Alatriste, presidente nacional del IMEF, dio a conocer que por segunda ocasión recortan su pronóstico de la actividad económica. De acuerdo con sus estimaciones, en 2009 el Producto Interno Bruto (PI se estancará y no crecerá nada, o se contraerá 1.0 por ciento.

Francisco Macías-Valadez, presidente del Comité Nacional de Estudios Fiscales de la entidad empresarial, subrayó que es “urgente” que la autoridad también extienda los estímulos para proteger el empleo y la inversión, tanto interna como extranjera.

“La situación de las empresas va a ser difícil y les va a afectar de manera diferente, dependiendo de su capitalización, endeudamiento, compromiso de exportación con pedidos reales o limitados.

“Pero si la economía crece cero o se contrae, lo será peor aún, porque la actividad económica estará limitada.”

En conferencia de prensa, el responsable del área fiscal recordó que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) tiene cautivos a 50 por ciento de los contribuyentes, porque el resto se encuentra en la economía informal.

Por ello, el cobro de impuestos se carga sólo a las empresas que están dadas de alta.

Aunque aplaudió el trabajo del gobierno federal en materia de recaudación durante 2008, afirmó que durante 2009 será menor a lo que esperado, debido a que la actividad económica será menor.

Planteó las alternativas para el sector empresarial al advertir que “no hay que ser espectadores y aguardar a ver qué sucede o qué resultados arrojarán en el primer trimestre de 2009”.

“Consideramos que el reto es sostener la recaudación fiscal basada en acciones concretas que deberían emprenderse desde ahora, para que los contribuyentes cautivos puedan hacer frente a sus compromisos y que apoyen la política gubernamental de fomentar el empleo y mantener la inversión.”

Francisco Macías-Valadez precisó que el IMEF no está en contra del Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU).

“Lo que hemos sostenido es que el periodo de transición en donde se encuentran vigentes ambos impuestos (IETU e ISR) debe ser lo más corto posible, con el fin de tener un solo impuesto directo para su determinación y pago.”

Agregó que cuando este impuesto se implementó y entró en vigor, se tenía contemplado un escenario de crecimiento donde se fomentaría la inversión y se incrementarían los inventarios, disminuyendo así su base de causación.

“Siendo el IETU un impuesto cuya base es el flujo de efectivo, al existir una recesión real y evidente asociada a un crecimiento global máximo de cero por ciento, se prevé que las empresas no tendrán la misma tendencia de años anteriores. Disminuirán el saldo de sus inventarios o venderán activos fijos o terrenos para solventar pagos, entre otros de sueldos, por lo que el resultado será una pérdida contable y una pérdida fiscal para el ISR, pero una base gravable para IETU que será del 17 por ciento.”

Agregó que el pago de este impuesto reducirá el flujo de efectivo, ya que sólo se tendrá 83 por ciento para realizarlo, con la desventaja de no poder hacerlo en parcialidades ni pedir reducción de estos pagos. Además, con la posibilidad que quede como un impuesto definitivo no recuperable.

El presidente nacional del IMEF, Federico Casas-Alatriste, explicó que el rápido deterioro de la economía de Estados Unidos y de otros países industrializados que ya se encuentran en recesión, los llevó a modificar “una vez más”, su pronóstico de crecimiento para 2009.

“Estimamos que la economía mexicana decrecerá marginalmente, entre cero y menos uno por ciento.”

Lo anterior, dependerá del desenvolvimiento de la crisis económica en Estados Unidos y de la efectividad en la adopción de las medidas anticíclicas anunciadas por el gobierno, en especial de la velocidad con que fluyan los recursos asignados a los grandes proyectos de infraestructura.

El ejecutivo afirmó que no se busca “echar más leña a la hoguera”, sino promover que las empresas y gobierno enfrenten la crisis.
El IMEF anticipa que la economía se contraerá 1.0%, lo que impactará en la actividad de las empresasLíderes empresariales exigieron al gobierno federal flexibilizar su política fiscal para 2009, y criticaron su cerrazón después de que Estados Unidos y la Unión Europea han extendido estímulos fiscales para el sector empresarial.

El Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) insistió en la necesidad de una “reforma fiscal integral”, siguiendo las recomendaciones de la OCDE sobre el Federalismo Fiscal, y la aplicación de impuestos indirectos generales y sin excepción, tomando en cuenta que la situación económica nacional es diferente a cuando se aprobó la Reforma Hacendaria de 2007.

La solicitud se sustentó en la proyección de un entorno económico más débil al previsto con anterioridad, que mermará los ingresos de las empresas todavía más.

De hecho, Federico Casasdurante afirmó que durante 2009 será menor a lo que esperado, debido a que la actividad económica será menor.

Planteó las alternativas para el sector empresarial al advertir que “no hay que ser espectadores y aguardar a ver qué sucede o qué resultados arrojarán en el primer trimestre de 2009”.

“Consideramos que el reto es sostener la recaudación fiscal basada en acciones concretas que deberían emprenderse desde ahora, para que los contribuyentes cautivos puedan hacer frente a sus compromisos y que apoyen la política gubernamental de fomentar el empleo y mantener la inversión.”

Francisco Macías-Valadez precisó que el IMEF no está en contra del Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU).

“Lo que hemos sostenido es que el periodo de transición en donde se encuentran vigentes ambos impuestos (IETU e ISR) debe ser lo más corto posible, con el fin de tener un solo impuesto directo para su determinación y pago.”

Agregó que cuando este impuesto se implementó y entró en vigor, se tenía contemplado un escenario de crecimiento donde se fomentaría la inversión y se incrementarían los inventarios, disminuyendo así su base de causación.

“Siendo el IETU un impuesto cuya base es el flujo de efectivo, al existir una recesión real y evidente asociada a un crecimiento global máximo de cero por ciento, se prevé que las empresas no tendrán la misma tendencia de años anteriores. Disminuirán el saldo de sus inventarios o venderán activos fijos o terrenos para solventar pagos, entre otros de sueldos, por lo que el resultado será una pérdida contable y una pérdida fiscal para el ISR, pero una base gravable para IETU que será del 17 por ciento.”

Agregó que el pago de este impuesto reducirá el flujo de efectivo, ya que sólo se tendrá 83 por ciento para realizarlo, con la desventaja de no poder hacerlo en parcialidades ni pedir reducción de estos pagos. Además, con la posibilidad que quede como un impuesto definitivo no recuperable.

El presidente nacional del IMEF, Federico Casas-Alatriste, explicó que el rápido deterioro de la economía de Estados Unidos y de otros países industrializados que ya se encuentran en recesión, los llevó a modificar “una vez más”, su pronóstico de crecimiento para 2009.

“Estimamos que la economía mexicana decrecerá marginalmente, entre cero y menos uno por ciento.”

Lo anterior, dependerá del desenvolvimiento de la crisis económica en Estados Unidos y de la efectividad en la adopción de las medidas anticíclicas anunciadas por el gobierno, en especial de la velocidad con que fluyan los recursos asignados a los grandes proyectos de infraestructura.

El ejecutivo afirmó que no se busca “echar más leña a la hoguera”, sino promover que las empresas y gobierno enfrenten la crisis.